Que diez años son nada....

Asi transcurrió, como este otoño que casi estamos en Navidad y ni te lo crees...

De repente dijo Helia: mira la escritura, hoy 19 de Noviembre cumplimos 10 años de estudio. Nos sonreímos, no habíamos preparado nada, como si no fuera tiempo de festejos, como si no tocara, como por no gastar, como por no reconocer tanto tiempo, como que diez años son nada...

Yo tenía fiesta, Carlos impartía clase en el IED, nos fuimos como cualquier otro día del estudio: apaga ordenador, ésto lo haré mañana, ésto lo acabé hoy.... pero aquel día, como cada día, nos llevabamos mucho más, una década cumplida. Cada día, como el gota a gota que acaba por llenar un mar, durante diez años se habían ido añadiendo multitud de vivencias y personas: aquellos clientes que nos dieron la confianza, aquellos con la generosidad suficiente para dejarnos intentar lo bello, aquellos que se convirtieron en amigos, aquellos que no nos ofrecieron ni agua, aquellos que compartieron confidencias y aquellos que nos agradecieron el trabajo bien hecho, todos nuestros colaboradores y empleados, las sedes de nuestro estudio, el garaje, zurbano, arrieta, espartinas, nuestra web, las publicaciones, nuestros jardines....El día 19, al cerrar la puerta del estudio, una oleada de recuerdos invadió ese apacible mar de sensaciones.

En este blog he recogido muchas veces estas pinceladas, liquidambar, nos dieron su confianza, como trabajamos, tantos caminos que recorrer, tantos espacios por montar, tanta obra que dirigir. Del primer e ilusionante CasaDecor, a las primeras obras a gran escala -Los Pedroches-, tantos jardines particulares, piscinas y estanques, las bodegas, las oficinas; tantos profesionales con los que hemos compartido obra y confidencias al solete o al abrigo de la lluvia; las noches preparando concursos y las puestas de sol tras volver de los proyectos fuera de Madrid.

Este post es sobre todo un homenaje a mis hermanos, 10 años juntos también como socios, por tantos momentos de superación y de lucha, por tantos kilometros recorridos y tanto tiempo compartido, tierra en las botas, el cielo como techo, compartiendo y -por que no- sufriendo, tanto trabajo, tanta búsqueda de la excelencia en un ciprés bien colocado, en un zig-zag bien ejecutado, en un cliente satisfecho, en otro proyecto publicado.

Os lo debo, me habéis dado, junto con mi familia, una década insuperable. No sabría como celebrar, como expresaros lo afortunada que me siento cada mañana que arranca el día _huracán_ sabiendo que me espera siempre, también en los días malos, la confianza, la comprensión y la complicidad de vuestra actitud. El compromiso y el tesón por ofrecer lo mejor de vosotros mismos. El espíritu emprendedor y sufrido necesario para mantener abierto un estudio de arquitectura. Y la fidelidad de haber remado siempre, aún en las duras, en la misma dirección.

Sois para mi una continua fuente de inspiración. Gracias por estar ahí. Feliz cumpleaños.