1 de noviembre de 2009

el mejor de los otoños

La primavera pasada llegué tarde con el post la mejor de las primaveras para avisaros de la floración de los cerezos, asi que hoy me lanzo _tarde,mal y nunca_ con este post para avisaros del profuso colorido de los árboles caducos con que nos obsequia este seco y soleado otoño. Queda poco tiempo para contemplarlo, pues en cuanto caiga una sola gota de lluvia o sople algo de brisa, todo el otoño va a caer de un plumazo al suelo para avisarnos de que ya es Navidad.


Llevo tiempo en este blog reivindicando los valores gratis de la vida: un paseo, el cielo de Madrid, una cervecita al sol, una buena charleta de amigos..... La crisis no hace sino darme la razón, la crisis, no como un evento pasajero que nos ha tocado vivir _cierre de ciclo de las etapas históricas de la vida_ sino como punto de inflexión que marca un cambio en el estilo de vida errático de la sociedad contemporánea. Sin embargo el best-seller que se corresponde con esta _mi_ teoría no me ha dado tiempo a escribirlo a mi, sino al directivo John J. Drake, autor del best seller internacional Vivir más, trabajar menos (Paidós), John afirma que ahora vemos más claro que nunca que los valores promovidos por el sistema capitalista no han funcionado, "el exceso de trabajo, la competitividad, la ambición, la codicia o el afán de reconocimiento nos permitieron lograr el éxito profesional y la respetabilidad social, pero en el camino por alcanzar la cima de la vida material, hemos perdido algo mucho más importante: nuestra salud y nuestro bienestar emocional".

Drake propone "trabajar para cubrir las necesidades reales, desenmascarando las que no lo son", y yo os invito, junto con John a "dedicar tiempo y espacio para cuidar conscientemente la salud, la alimentación, el descanso físico y mental, las relaciones con la familia y los amigos, así como para "desarrollar actividades creativas, constructivas y beneficiosas tanto para uno mismo como para los demás y el entorno del que se forma parte".




Enfin, como terapia volvamos al mundo paisajista: los árboles que consiguen de tonalidades más rojizas _gracias a un pigmento la antocianina que es un potente antioxidante, son los liquidámbares y los acer (palmatum, palustris, etc). Los árboles de tonalides más marrones y tonos amarillos toman su coloración de los taninos, sustancias astringentes, asi reconocerás a los carpes, catalpas, gleditxias, gimkos bilobas etc.


Abre tus ojos y tus sentidos, el color de las hojas de los árboles este otoño, como lo fué la floración de la primavera, como fué aquel día que gozaste, como fué aquel día que sufriste y como todo en la vida, es pasajero. Pero el regustillo de lo bello siempre se asienta en el corazón.

1 comentario:

Almudena dijo...

Hay toneladas de hojas secas en el suelo, eso leí hoy en el periódico. Nunca pensé que las hojas, tan livianas, pudieran llegar a pesar toneladas... ¡Vivan las cosas livianas porque demuestran que, unidas, pueden llegar a pesar como el más fuerte de los aceros!
Viva el otoño, y las cosas pequeñas y constantes, como la caída de una hoja en noviembre.
Almudena