9 de marzo de 2014

Las enseñanzas del monje Soén Ozeki en Daisenin Kyoto

Hace cuatro primaveras mis hermanos y yo viajamos a muy muy lejano Kyoto a visitar los jardines zen y asistir al sakura (fiesta de la floración de los cerezos) y a la vuelta escribí este post que cuatro años mas tarde vuelvo a compartir con vosotros. Porque como dice el monje Ozeki: si no te empeñas ahora, ¿cuándo vas a hacerlo? 

El zen no es una religión en sentido estricto, tampoco es una filosofía... es mas bien una forma de pensamiento o, mejor dicho, una manera de pensar que genera cierta forma de actuar. Según el zen, hay que proceder al conocimiento supremo de manera intuitiva e inmediata, apuntar directamente al corazón humano para captar su naturaleza original y alcanzar el despertar. Reduciendo la naturaleza a su dimensión más pequeña y llevándola a su expresión mas simple, se llega a extraer su esencia...


El viaje ha sido largo y sentada en contemplación ante uno de los míticos jardines zen, Daisenin, perteneciente al monasterio Daitoku-ji en Kyoto, me pregunto si realmente estoy en otro continente de este mismo planeta o he sido teletransportada a Pandora.

Los jardines zen son tan difíciles de comprender como arduo es conocerse a uno mismo...

Es entonces cuando una amable aborigen en kimono demostrando gran sensibilidad me tiende una cartulina en castellano, contiene una de las "Sentencias de cada día" con que el monje Sòen Ozeki, monje principal del templo en la actualidad, deleita a los que le quieran oir,

La vida es entrenamiento de cada día
lugar en que me voy cultivando por mi mismo
donde incluso el fracaso puede servirme de entrenamiento
donde ejercito la alegría de vivir.
Si no me satisfago con la felicidad que ahora poseo
¿Cuándo y dónde lograré ser feliz?
Apoyado en la alegría presente construiré mi futuro
Mi porvenir está, aquí y ahora,
en mis manos,
Si ahora no me empeño ¿cuándo voy a hacerlo?


Asi que buscar la felicidad en lo que la vida nos ofrece con alegría, y esforzarse desde ahí en ser mejor, ¿es un principio universal?. Lo ve asi de claro el monje Oseki sentado ante la grava y cómo no se ve en occidente cuando se sigue llamando crisis financiera a lo que ha sido una auténtica crisis de valores y de estilo de vida en general sumidos en esa carrera insaciable por tener más cosas de las que necesitabamos, compradas con dinero que no teníamos, para fardar ante gente que ni siquiera conocíamos y sin apenas tiempo para disfrutarlas...(La buena crisis. A. Rovira)

Volví a contemplar el jardín: dos montículos de grava sobre idem rastrillada...
...y pensé en lo universal:  cómo la austeridad, la ausencia de lo superfluo, el rigor del rastrillado, lo básico, lo único, permitían concentrarse en lo único importante, un solo pensamiento, un solo sentimiento, un solo valor: El que nos hace invictus.

1 comentario:

Pinocho dijo...

...no puedo evitar emocionarme ante lo mucho que aprendo al pasearme, al pisar con sumo cuidado por el jardín de tus palabras...