1 de septiembre de 2010

Trilogia de Japón III: Muy, muy lejano...



Hay veces que unos caminos nos hacen apartarnos de otras sendas, unas decisiones de otras y unos viajes de otras vivencias. Sucedió que estando en Japón me perdía la boda de Jose y Ana...Y ,ahí estaba yo, en el muy muy lejano Tokio, el día del evento imaginándome a Ana de blanco cuando,  sentada en una terraza en plena calle, se me apareció  literalmente de frente semejante cortejo:


La novia vestía de blanco puro y toda la familia, luciendo rigurosos chaqués y kimonos, se alineó para la impecable foto. Pareciera que posaban para mi, occidental en primera línea del cortejo. En un momento dado la pareja se volvió, esta vez para posar ante los suyos y entonces, cada invitado, testigo, padrino disolvió la increíble estampa para desenfundar sus cámaras y así inmortalizar a sus queridos contrayentes.


Y viendo este espectáculo, en este Japón que yo llamo "muy, muy lejano" de comidas gelatinosas y jóvenes con mascarillas, de ritos ancestrales y tecnología punta, de retretes calefactados y amuletos en las mochilas, de miradas de soslayo y sonrisas sin roce,  todo tan diferente, tan inalcanzable, tan rígido,  pensé que tanto pero tan poco separaba a esta pareja de los que aquí se casaban...

¿O es que no estarían éstos y aquellos deseando sencillamente la felicidad de los novios?

1 comentario:

Guisandome la vida, Carmen Albo dijo...

Pues Isabel, ahora también te seguiré yo...Digo intentaré, porque no consigo hacerme seguidora a través de este networkedblogs!!!

Lo haré a través de facebook, intuyo que tenemos muchas aficiones en común

Gracias por la invitación a entrar en tu casa...