25 de mayo de 2008

efecto mariposa en Lamú

Recientemente, como consecuencia del fallecimiento del meteorólogo Edward Lorenz, he tenido ocasión de leer varios artículos sobre una de mis teorías favoritas: el efecto mariposa. Lorenz, tratando de predecir el clima a través de fórmulas matemáticas que relacionaban variables como tiempo y humedad, intentaba predecir la meteorología del día siguiente. Cuando revisó los datos se dio cuenta de que, haciendo pequeñísimos cambios en ellos, se lograban resultados absolutamente diferentes. Es una parte de la teoría del caos, cualquier error o variable no medida por insignificante que ésta sea puede influir notablemente en el resultado de un sistema complejo. Sin entrar en disquisiciones científicas, su nombre proviene de un antiguo proverbio chino: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo".

Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la vida. De esta forma, siempre pienso que cada hecho, incluso imperceptible de nuestra vida, desencadena una serie de consecuencias impredecibles. De algunas de ellas somos remotamente conscientes y así nos pasamos la vida pensando como hubieran sido las cosas de diferentes si "hubiera llegado un minuto antes...", "casi estuve a punto de...", "por un segundo...". Si recordais la película Babel está basada también en el tema del efecto mariposa. En ella, las historias de distintas personas viviendo en extremos opuestos del mundo son afectadas unas a otras.

Si, vivimos en una sucesión de casualidades...



A mí me gusta creer también en otro tipo de efecto mariposa: aquel en que sus protagonistas baten voluntariamente sus alas. Este año he tenido suerte de conocer a Ana Sendagorta. A raíz de un trágico e impredecible accidente, la familia perdió a uno de sus hijos. Ana, desplegó sus alas, creando la fundación Pablo Horstmann. La fundación como explica en su presentación "se constituyó en marzo del 2007 en memoria de nuestro hijo Pablo. El recuerdo de su alegría y la felicidad que nos procuró a todos los que le conocimos son nuestra inspiración para convertir esta Fundación en instrumento de solidaridad" y sus objetivos son "confortar, transmitir esperanza y alegría, mejorar la calidad de vida y asistir a los necesitados". Entre sus proyectos está el de la construcción, la gestión y el mantenimiento de un hospital pediátrico en Lamu, Kenia.
El hospital ya está en funcionamiento. Allí, a miles de kilómetros de España, los niños atendidos por la fundación sienten una suave brisa que les reconforta y sana. No lo saben, pero es el batir de alas de una ejemplar mariposa. Ana Sendagorta.





1 comentario:

Anónimo dijo...

El batir de las alas de una única mariposa sólo alguna rara vez consigue que su efecto llegue lejos, pero el batir de muchas mariposas que juntas deciden moverse en una misma dirección es el que produce verdaderos tsunamis de solidaridad a distancia. El que cada día cincuenta niños enfermos que antes no tenían asistencia médica sean atendidos en el hospital recién inaugurado de Lamu es el resultado del esfuerzo de muchas mariposas que en su momento creyeron que su pequeño, modesto batir de alas podía significar algo para los demás si creían en ello. Ese es el milagro de la solidaridad, que un pequeño movimiento de alas de mariposas puede cambiar la vida a muchas personas.

Si entras en www.africadirecto.org , y buscas la noticia de Hanna, una niña etíope recién operada en mi hospital, verás otro maravilloso ejemplo del efecto mariposa.