31 de enero de 2011

Reinventarse. Happy few 2

He tenido que releer happy few y tengo una determinación para tomar fuerzas y creérmelo. Si, queridos amigos, el gran agujero temporal en este modesto blog, se debe al enorme hastío en el que sobrevivimos: fue a finales del año pasado cuando, después de derrochar durante todo el trimestre un optimismo incansable, despertamos a la cruda realidad y todos supimos que la situación no es que fuera mala, sino sencillamente desesperada y por lo tanto las cosas a falta de mejorar no podían sino seguir empeorando.
Así de claro, sin mancha, sin dolor, sin contemplaciones.

ilustración Eva Armisén
Entonces los happy's pasamos a situación de peligro de extinción. Una sonrisa franca, un platillo generoso, una auténtica preocupación por los que nos rodean no hacían _en el caldeado ambiente general_  sino convertirnos en unos completos ilusos ajenos a la más dura realidad dispuesta a arrastrarnos en una enorme espiral negativa que amenazaba con engulllirnos hacia lo más profundo del sofá. 

Así que este invierno apliqué menos cháchara y más twitter, ese territorio dónde unos y otros se dedican a compartir lo mejor de si mismos y prodigar lo mejor de los demás, juglares de banda ancha.  Más trotinar con mi perrita para subir la endorfina y meditar lo efímero de la vida. Más mañanas de agradecimiento por lo que tengo y vivo.  Pero, al fin tocaba dar ejemplo y ser la excepción a la espiral negativa, pasar a la acción y ante un gran reto, un concurso de paisajismo en el que nuestro estudio se jugaba el trabajo de un año, aplicamos uno tras otros los principios de buenrollismo y determinación, profesionalidad y apoyo de todos mis happy few que se volcaron moralmente con la causa. Y sí, ganamos. Cambiamos el sentido de la espiral. Ganar un concurso es una gran alegría pero también una gran responsabilidad. A por ella.

Por eso, estas breves líneas para repetir este mensaje contra viento y marea de lucha y de tesón. Porque en un mundo en cambio toca reinventarse. Adaptarse y ser el mejor, el que más da para ser el que más recibe, el que más lucha para ser el que más consigue, el que más busca para ser el que más encuentra. Y yo una afortunada de que me consideren una  "feliz"  entre mis happy few.

1 comentario:

Guisandome la vida, Carmen Albo dijo...

Toca reinventarse, Isabel, pero no es que toque, es que yo creo que no queda otra...

Y para esa reinvención, que no es más que sacar lo escondido e infrautilizado de dentro de uno mismo, hace falta la filosofía Happy Few.

A reinventarse tocan!!! Y espero que de paso y por el camino, ganaseis el concurso de paisajismo.

Así precisamente felicité yo el año ¡y en vídeo! a mis seguidores... Deseando que todos tuviésemos un reinventado 2011...

Ojalá que así sea. Ojalá...