1 de marzo de 2008

tanto por sentir: las lágrimas de Walter

El jueves 28 de febrero se estrenó el musical de El diario de Ana Frank, un canto a la vida. Entre esperanza y desesperanza, con una preciosa escenografía e iluminación y unas canciones bellísimas, el musical va repasando la vida _casi universalmente conocida_ de Ana Frank.

Los intérpretes consiguen transmitir una gran emoción al público que asiste a la función: Del inicial escepticismo de muchos se pasa a la complicidad, de ahí al reconocimiento y a la magia de un sentimiento compartido; el musical avanza y el sufrimiento y la ilusión de la familia Frank y sus compañeros de la Casa de Atras por sobrevivir es llevado al límite de la emoción por la intérprete Isabela Castillo con un maravilloso Si Dios me da la vida, lleno de esperanza y amor.

Pero la sala aún espera lo peor, el final ya conocido. La escena es tremenda: los malvados, encabezados por el sargento Karl Josef Silverbauer irrumpen en el escondite, sacan a las familias entre gritos y amenazas y el público enmudece conmovido por la injusticia y el enorme peso de una historia real.


Walter Gamberini es el actor que da vida al terrible sargento Siverbauer. Tras su dificil papel y acto seguido, todos los actores, incluso él, esta vez ya en el papel de víctimas, dan testimonio de tan amargo destino y entonan el final Jamás, nunca jamás, apoteósis de un sentimiento compartido unánimemente por todos los presentes.

En este último acto, Walter, aparece en lágrimas. Acabada la función, también necesita, según me explicaba tras el estreno, seguir llorando un rato de tanto que le duele su papel de malo.

Las sinceras lágrimas de Walter, dentro y fuera del escenario, representan el sentimiento de una obra, en formato de musical, que transciende el entretenimiento para tocar de lleno el corazón, un canto a la vida que con un equipo artístico y técnico de primerísimo nivel ha conseguido hacer realidad un hermoso y emocionante sueño.

Felicidades a todos. Os mereceis que esta obra sea un éxito. En los tiempos que corren es difícil compartir sin reproches lágrimas de emoción verdadera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cantar a la vida es también escribir o hablar con cariño con las personas a las que queremos, como es el caso

te abrazo

santi