21 de noviembre de 2007

la otra orilla

En las últimas semanas, meses, se han prodigado las noticias sobre las terribles consecuencias del cambio climático; Los científicos del PICC han anunciado públicamente que si las graves tendencias climáticas siguen el curso previsto, el mundo será muy distinto en el año 2050. Según lo investigado, el Sáhara se moverá a través del Mediterráneo hacia el sur de España y las playas del Mare Nostrum desaparecerán a causa del aumento del nivel del mar. Esta semana se lee con más insistencia sobre la elevación del nivel de los mares y, por tanto, la reducción de las costas, sobre todo mediterráneas. En Estepona se obliga a demoler un hotel sobre la playa que hacia de pantalla _¿sólo uno?_ y se publican numerosos artículos que ilustran la salvaje construcción sobre la costa española. Estamos desolados de ver tantas fotos y publicaciones, así que no subo ninguna...

Leo el bello artículo de Rafa Rivera en la revista PAISEA #003 y enseguida quiero compartirlo con vosotros: La otra orilla. Le cito: La orilla es un concepto poético, en el que se unen dos mundos, siempre dos mundos.... Nuestra península es rica en orillas, unos 7.000Km de costa en todo el estado y 518 en la Comunidad Valenciana. Y esa orilla siempre ha sido vehículo de cultura, de riqueza.. con un mar Mediterraneo que aportaba un común denominador para todos los pueblos de sus multiples orillas, desde oriente hasta occidente. Un mar mítico,con noches magicas de fuego y luna, música y danza, pies descalzos y brisa de madrugada. Ante este bagaje, en los últimos años, el mal llamado progreso ha desarrollado su miopía más aguda, su afán depredador y usurero mas exigente. La orilla, donde el mar y la tierra se confundían ayer, se ha poblado de hormigón y negocio con el beneplácito del poder que ha permitido su destroza minuciosa e insistente, conviertiendo la orilla en muralla, ... desde la otra orilla parece imprescindible pararse a reflexionar. Criticar un modelo turístico que, en su afán por poseerlo, elimina el objeto del deseo, el paisaje...sin esa orilla seremos un pueblo que mirará con nostalgia el pasado y se avergonzará de no haber sabido defender el futuro, ni siquiera el presente.



En un reciente viaje al Ampurdán, visitamos las ruinas de Ampurias; se trata de una ciudad grecorromana que data del año 550 a.C. La ciudad, increíblemente conservada, se asoma al mar tras los pinares, el mar mediterráneo batiéndose en las calas, el azul infinito del horizonte, los pinos centenarios combados por la brisa, y allí, como si el tiempo se hubiera detenido, mirando con nostalgia al pasado, pienso en qué momento se perdió el control _perdimos el control_ y si realmente es tarde o hay tiempo para recuperarlo.

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