9 de diciembre de 2007

atrapalo

No paraba de darle vueltas a la cabeza. De cara a la galería el año se cerraba con buenos proyectos, trabajo bien hecho, clientes que se convertían en amigos o amigos que despues de ser clientes seguían siendo amigos, mención en un par de concursos, publicaciones, fotos y archivos nuevos que subir a la web, pero en la reunión de fin de año alguien soltó la dura realidad: "Con lo justos que vamos de presupuesto mejor no hacemos cena de Navidad". Por la mañana, había oído en la radio que la cuesta de enero del 2008 iba a ser la peor del siglo, por no decir que todo el 2008 iba a ser una cuesta de enero, y en el sector no había más que caras de habercomoaguantamoseltirón. Todo el mundo estaba más que agobiado con la subida de las hipotecas, el desolador atentado de eta, la cara de Ingrid Betancour secuestrada desde hace mas de cinco años y los efectos del cambio climático. Enfín, pensó, ahí estamos, compungidos pero sanos y unidos, dispuestos a afrontar el año próximo cual remeros de Cambridge. La ciudad estaba iluminada, los viajes low cost nos permitían seguir recorriendo el mundo, y el hombrecillo rojo de atrápalo se balanceaba dando ideas. Cual aparición del calvo de la Navidad, su cara se iluminó: "Lo tengo, ya sé lo que les voy a regalar para cerrar el año, ilusión, la ilusión de que todo va a ir bien." Y se puso manos a la obra para envolverla en hermosos paquetes.

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