30 de septiembre de 2010

Happy few

eva armisén
He tomado prestado este término del post de LM Motivos en acción, "Chose the happy few". No puedo estar más de acuerdo. Tal y como está el patio hay que escoger a los happy few, es decir, a aquellos que claramente están decididos a ser positivos en la vida, a dar una oportunidad de crecer a tus deseos y alejarse de esos lastres de envidiosos que sencillamente reniegan de todo por sistema en una mueca de desprecio amparados en su mediocre zona de confort....Esas caras agrias que ni te miran a la cara ni te preguntan por los tuyos a pesar de que están respirando el mismo aire que tú respiras... Sin embargo, veo indicios fundamentados de que cada vez más la gente -la crisis nos iguala a todos- está  dispuesta a pasar al rango de los happy few y hacer equipo con los más optimistas.


Esta aseveración se basa tanto en mi ingenua confianza ante la humanidad como en mundanos experimentos sociológicos...Todo empezó hace un par de semanas cuando en uno de mis trotes con mi perrita Luna, un insecto a la altura de mi nariz me hizo realizar un aspaviento con la mano. Inmediatamente el conductor con el que me cruzaba me devolvió el erróneo saludo, de forma que decidí saludar a todo aquel con quien me cruzaba con un imperceptible movimiento amistoso. Resultado: la mayor parte del personal no sólo no dudó en responderlo amablemente sino que parecían encantados de que alguien se fijara en ellos. El caso, es que a partir de esta anécdota continué mi curioso experimento sociológico y para ver cual es el grado de interrelación de los que nos rodean, en el trabajo, puesto que visito diferentes obras y perfiles humanos, puse en marcha una nueva táctica. Al breve "¿que tal?" a modo de saludo, respondo con una pausa intencionada, mirada fija en el interlocutor y contesto: "fenomenal, la verdad, pero y tú, ¿que tal?" Tras un momento de estupor -nadie espera a día de hoy escuchar un fenomenal tan contundente y encima que te pregunten directamente con intención de escuchar la respuesta- , el interlocutor (todavía no sabe que ya eres un happy few) por lo general, sí, va y te cuenta. Unos su operación de hernia en detalle, otros la evolución hospitalaria completa del hijo ingresado este verano, algunos los problemas a la vuelta con la financiación de la empresa...intranquilidad, esperanza, deseos...y una sensación: la gente agradece enormemente el interés...  Si gruñe, no insistas, nada que hacer con los desmotivados de la vida.


Los que tenemos un trabajo -el B- en el que compartir, recomendar, invitar son la clave del negocio deberíamos ser conscientes de que hay mucha gente deseando ser incluida entre los happy few. Tomar sus propias decisiones, ser tenidos en cuenta, ser considerados para ser invitados a eventos, ser elegidos para  ofrecerles una oportunidad en la vida. 

Porque, aunque a veces te sientas incomprendido como happy few, ya habrás notado que "el entusiasmo y optimismo, el sentido positivo de ver las cosas, es altamente contagioso. Y charlar con un optimista positivo, siempre parece abrir nuevos caminos para explorar y descubrir. Al poco la vida parece ofrecer nuevas posibilidades y mejores oportunidades...". Asi que hay que utilizar esta fuerza en nuestro favor en tres pasos, saludar (hability to meet people), interesarse por los demás (romper la barrera), dar la oportunidad (invitar).
Tú eres un happy few, comparte esta grandeza.

Eso si, utiliza tu mejor "sonrisa de Duchenne“,.... que ¿qué es eso?.
Piensa en algo que te guste o alguien a quien quieras y mírate en el espejo. Si, es esa, la que involucra el movimiento de los músculos cigomáticos mayor y menor cerca de la boca y el músculo orbicular cerca de los ojos. Todos los happy few la tenemos. Es la que llaman una “sonrisa genuina” pues se produce como una respuesta involuntaria a una emoción genuina.

Si, la tuya.

7 comentarios:

Luis Medina-Montoya Hellgren dijo...

Genial Isabel! Me ha encantado y me honra sobremanera haberte servido de inspiración.
Sigue con tu "experimento" sociológico y cuéntanos más en otra entrada. Pero sobre todo, intenta que tus hijos te sigan en el mismo y construyan su vida desde el principio bajo esa óptica y ese espíritu. Mi mayor de 12 ya se me está haciendo de piedra y le rebota todo, todo...

Anónimo dijo...

Enhorabuena Isabel, estoy orgullosa de pertenecer al Club de los "happy few" y espero que mucha gente, mucha mucha mucha gente, se una a esta gran familia. Un fuerte abrazo, Marta Parages

Unknown dijo...

jajaja, yo le dije el otro día a mamá que lo eras, aunk aún no sabía el anglicismo, así que en argot de por aquí.. una "feliz", enhorabuena y gracias por mantener el tono. bsts. Helia

Guisandome la vida, Carmen Albo dijo...

Me ha encantado todo, Isabel!!!

1 El concepto
2 El nombre del término
3 Tu experimento sociológico, empíricamente demostrado
4 La forma de contarlo
5 Y que lo compartas.

La felicidad, como tantas otras cosas, también se contagia...De momento al menos, es axioma

Te "linko" en mi guisandome la vida FB, para seguir contagiando...¡¡Y me apunto a tu club!!!

Enrique Gómez dijo...

Es un privilegio pertenecer a tus happy few
Insisto, deberías dedicar más tiempo a escribir, realmente delicioso
¡¡FELIZ AHORA!!

Unknown dijo...

me encanta ser a partir de ahora "happy Few", pero eso si, hay que serlo todos los dias o al menos intentarlo.besos mil

Anónimo dijo...

Fe no me nal....you hit the nail in the head....happy to be in the "happy few" category :)

Carmelo
100% Agel